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Casarse - Cómo

Jayr Al-Dyn jayraldyn@jayraldyn.net

v1.0, Septiembre 2003
Este documento pretende ser una guía útil para aquellos que ya han decidido casarse o bien tienen en las mientes dar tan tremendo paso.

1. Qué se necesita tener.

En realidad, lo único realmente imprescindible a la hora de casarse es una pareja que se preste a ello, aunque la determinación de uno de los contrayentes puede ser sustituida por un padre que disponga de una escopeta recortada. En la práctica, y ya que este documento trata del matrimonio legal, serán necesarias algunas cosas más, como veremos más adelante.

2. Decisiones previas.

2.1. Cuándo.

Aunque por lo general es un hecho desconocido por la mayoría del público, un matrimonio puede celebrarse en casi cualquier día del año. Es cierto que la experiencia nos dice que las bodas se celebran entre mayo y septiembre, pero este fenómeno viene dado por cierto atavismo que impide a las mujeres ser realmente felices contrayendo matrimonio en un día de lluvia (ver nota al pié 1).

Conviene fijar una fecha suficientemente lejana. Por una parte, esto facilitará la preparación de la infraestructura necesaria, y por otra evitará las típicas crisis nerviosas que se producen ante la inminencia del acto. Un truco muy usado en mi generación ha sido el uso de los llamados requisitos previos. Según esta técnica, se evita fijar una fecha imponiéndose antes otro tipo de metas, como pueden ser:

  • "hasta que no tengamos listo el piso": La expresión correcta usa el diminutivo "el pisito". Con diferencia, este es el requisito con mayor éxito. Traducido a un idioma comprensible, suele querer decir que se empezará a pensar en una fecha cuando los contrayentes consigan unas cortinas para el salón que hagan juego con los cojines del sofá. Este requisito tiene la ventaja de que posibilita retrasar la fecha casi indefinidamente, si se saben ir poniendo trabas (por ejemplo, "es que estas sillas no me parecen cómodas... ¿y si las encargamos?").
  • "primero quisiéramos tener unos ahorrillos": Es un requisito también bastante usado y relativamente útil, aunque tiene la desventaja de que puede ser medido de manera objetiva, con lo cual sólo debe ser usado como excusa dilatoria teniendo siempre otra en reserva.
  • "no encontramos un sitio que nos guste": El plural, como se habrá adivinado, es mayestático y se usa para ocultar las maniobras dilatorias de uno de los novios. No es mal requisito, si bien tiene el inconveniente de que suele necesitar muchos viajes a lugares recónditos de toda la geografía.
  • "es que mi tio Floro se está muriendo y claro, no vamos a casarnos ahora": Este es el summum, la "créme de la créme", el rey de los requisitos siempre que nos aseguremos de que la pareja no tiene ninguna posibilidad ni de conocer al tío Floro ni de averiguar su estado de salud. Bien gestionado, es un requisito que puede retrasar años la decisión.

Sin embargo, hay que afrontar la cruda realidad: Tarde o temprano será necesaro fijar una fecha. Para hacerlo, basta con que cumplamos los siguientes requisitos:

  • que tenga lugar en viernes o sábado
  • que sea un día que coincida con algún otro compromiso de gran parte de los invitados

2.2. Cómo.

Esta es la más difícil cuestión que debe resolver alguien que desee pasar por ese trance. Por lo general, hay que desconfiar de las primeras decisiones, aquellas que se toman cuando aún se desconoce la magnitud de la tragedia. De boca de los felices novios suele oirse con frecuencia la famosa frase "no te creas, algo sencillo, sólo amigos y familia y nada de dar el espectáculo". Si alguien os dice esta frase, sonreid irónicamente mientras alzais la ceja izquierda.

Los diferentes tipos de matrimonios pueden catalogarse en:

  • a. Por la Iglesia
  • a.1. Boda por todo lo alto.
  • a.2. Boda tipo "la familia y basta".
  • a.3. Boda cumbayá.
  • a.4. Originales.
  • b. Por lo civil.
  • b.1. Exóticas.
  • b.2. Formalitas
  • b.3. Familia y punto.
  • b.4. Burocráticas.

La a.1., no hay ni que decirlo, es la que se estilaba en el 99% de los casos hace unos años, y que a pesar de todo sigue de moda. En este caso, la cosa es fácil. Basta tener una lista de no menos de 100 invitados, una iglesia, un lugar donde te den aperitivos, otro donde se cene o coma, una orquesta, una soprano que cante en la iglesia, decidir si quieres el "Canon" de Pachelbel o eres más del "Ave Maria" de Schubert; necesitas una imprenta donde te hagan esas bonitas invitaciones en relieve, un proveedor de tabacos varios para repartir en el convite, vestido de novia para ella y traje para él, los anillos, un coche de lujo para el trayecto, el fotógrafo, el maquillador, el padrino (fundamental que suelte unas lagrimitas), la lista de bodas, el viaje de novios y, opcionalmente, un balneario para descansar de todo eso.

Esa es la opción fácil.

La a.2. se dió por primera vez en 1952 y desde entonces no ha podido repetirse. Los anales de la población de Hijares del Río (provincia de Toledo) registran que Edelmiro Flores y Francisca Goyos, ambos huérfanos y residentes de una aldea de 5 habitantes (2 de ellas vacas), consiguieron casarse invitando únicamente a su familia, que se componía de la tía Lola (tía de ambos por un asunto turbio que no viene al caso). Desde entonces, esta modallidad de boda (junto con la b.3.) se ha convertido en un mito (ver nota al pié 2).

¿Por qué? Ya lo anotó Hawkings en el borrador de su teoría del tiempo, donde decía "el universo se expande" anotó al margen "como la lista de invitados de una boda". Se trata de una cadena en la que la familia tiene mucho que ver. Suele oírse "¿pero como no vas a invitar al tío Floro si invitas a la tía Paquita?". No importa que la última vez que viste al tío Floro fué cuando tenías 4 años y te dió un caramelo de esos que regalan en Iberia. Terminas invitando al tío Floro y a sus hijos.

La a.3., la boda "Iglesia - Cumbayá", es una variante interesante que suele ofrecer mayor variedad de emociones que la tradicional. En esta, lo fundamental es disponer de algún amigo que toque la guitarra (si sólo sabe hacer acordes, mejor que mejor) y cante algo de los Beatles (el "Imagine" o el "All you need is love" pueden servir), mientras pide al público que le acompañe. En este tipo de bodas también tiene importancia que el novio y la novia se preparen un discurso que se dirán mutuamente en la ceremonia. La temática de los discursos suele resumirse en tres palabras: "te quiero mucho".

Hasta la fecha, siento decir que no he asistido aún a ninguna de los tipos a.4 ni b.1, y me sabe mal. Para variar, me encantaría ver como los novios se ponen los anillos con trajes de buzo bajo el mar, o saltando de un paracaidas, o en una playa hawaiana.

Ni que decir tiene que la b.2. es algo así como la a.1. pero sin cura. No suele faltar nada, ni la cola del vestido de novia arrastrando por los pasillos del juzgado, ni el radiocassette que se trae el padre para poner el himno nupcial mientras acompaña a su hija.

2.2.1. Trámites para una boda civil.

En primer lugar, uno debe conseguir el impreso a rellenar, donde además vienen los pasos a dar y documentación a aportar. Para eso, lo mejor es acercarse al Registro Civil (en mi caso, el de Barcelona). Pero cuidado, porque ese lugar es una trampa. Para poner un ejemplo, existe una ventanilla en la entrada que pone "Información". Desconfiad. Al preguntar, te dicen invariablemente "piso 1". Cuando llegas al piso 1, lo primero que encuentras es un rótulo que indica "matrimonios", que apunta escaleras abajo. Una vez llegas abajo, encuentras el mismo rótulo que te sugiere que vuelvas a subir al piso 1. Para no alargarme, os diré un truco que no falla: id siempre a donde haya más cola, seguro que es ahí.

Una vez consigues el formulario (una burda fotocopia que podrías haber hecho en tu casita si lo hubieras sabido), puedes leer lo que se necesita, que es:

  • fotocopias de los DNI respectivos
  • partida de nacimiento, literal, de ambos contrayentes (porque, al fin y al cabo, podría ser que tuvieras el DNI pero no hubieras nacido)
  • certificado de empadronamiento de al menos uno de los contrayentes

Parece fácil, ¿verdad?

Recopilada la documentación y en compañía de un testigo, a continuación uno debe presentarse de nuevo en el Registro Civil, donde se entrega a un funcionario (malcarado, por lo general), que te dice que puedes casarte allí (esperando varios meses), en el ayuntamiento (esperando no se cuánto y habiendo ido previamente) o en cualquier otro ayuntamiento o registro civil. Dicho esto, y ante la lógica duda de uno, te mira como si fueras idiota por no saber todo eso.

Según me han dicho, en una boda por la iglesia los trámites se simplifican. Siento no poder aportar ninguna experiencia ni comentario al respecto.

2.3. Dónde.

La decisión de dónde celebrar el acto tiene que ir en lógica consonancia con la modalidad de celebración elegida. Hay que tener en cuenta que existen una serie de incompatibilidades insalvables. Dada la complejidad de este punto, sigue una tabla aclaratoria:

  Iglesia Civil estándar Civil de trámite
En una Iglesia SI NO NO
Playa caribeña NO Consultar Consultar
Ayuntamiento NO SI SI
El jardín de mi papá Consultar SI NO
Juzgados NO SI SI

3. Antes de la celebración.

3.1. Los regalos.

En nuestra sociedad materialista se da una excesiva importancia a los regalos de boda, lo que debe ser bien gestionado por los novios. Contra lo que puede pensarse, la elección de los regalos no entraña ninguna dificultad, ya que la mayor parte de los almacenes ignoran el artículo elegido, dando a los novios la posibilidad de cambiarlos por otros de igual valor y mejor gusto. Este es el motivo por el cual existen las estatuas de Lladró en que un niño persigue a una mariposa.

Personalmente, aconsejo la variante de poner una cuenta corriente. Es menos hipócrita, asegura una mayor liquidez y sobre todo nos evita pasarnos algunas tardes horribles en una tienda de decoración.

Como truco interesante, se aconseja filtrar el importe de la cena o comida a nuestros amigos y familiares más cotillas, de modo que los invitados se sientan obligados a aportar regalos al menos por el mismo valor. Por supuesto, el importe filtrado no tiene porqué coincidir con el real.

3.2. La despedida de soltero/a.

De entre los terribles momentos que los novios tienen que pasar destaca la despedida de soltero. Se trata del momento en que tus amigos quieren divertirse a tu costa y deciden olvidar toda su educación anterior. Es un momento para el que no vale sino la estoicidad, pero se pueden dar algunos consejos para hacerlo más llevadero:

  • Llevar ropa interior limpia y calcetines sin agujeros. Razones obvias.
  • Simular que nos estamos divirtiendo. Esto es crucial, ya que en caso contrario podría inducir a los amigos a subir el tono de la fiesta.
  • Procurar que se invite a la despedida a algún amigo que vaya a pasar por ese trance en breve. De ese modo, podremos ejecutar maniobras de distracción que nos den algún respiro momentáneo.
  • Procurar que la fiesta se celebre en algún lugar bien comunicado, de modo que nos sea posible una escapatoria de urgencia.

Aun siguiendo estos consejos, lo cierto es que el mal trago es inevitable, así que se recomienda estoicidad y cierto nivel de alcohol en sangre.

3.2. El poema del padrino.

La función principal del padrino es la de conseguir que la novia y su madre derramen algunas lágrimas. Para conseguirlo, en lugar de darles un disgusto debe escribir varias frases manidas que rimen y fijarlas en un papel al que luego se le quemará en los bordes. Desconozco los orígenes de tan extraña costumbre, aunque intuyo que se remonta a los duros tiempos de la Inquisición (ver nota al pié 3).

4. Durante la celebración (boda estándar).

4.1. La ceremmonia en sí.

Una vez cumplidos los pasos anteriores, irónicamente la ceremonia suele exigir muy poco de los novios. Sea cual sea la modalidad elegida, lo único que se pide de los protagonistas es la capacidad de mirar con atención a una persona o personas que hablan, para en determinado momento de la ceremonia decir unas pocas palabras. Son opcionales, aunque recomendadas, algunas miradas ocasionales y tiernas a la pareja.

De mayor importancia son las puntas de la ceremonia, esto es, la llegada y la salida. En la primera, lo único que se exige de los novios es la habilidad de caminar, y en la salida sonreir y aparentar asombro divertido cuando les tiren objetos a la cabeza (objetos que pueden ir desde pétalos de rosa hasta arroz, pasando por petardos).

4.2. Las fotos.

Aunque se ha eludido hasta ahora esta cuestión, hay que hacer notar que los novios van a ser fotografiados y filmados en todo momento y lugar. Sin embargo, al menos en las variantes más tradicionales, la sesión fotográfica que más esfuerzo requiere es la de después de la ceremonia. En esta, el fotógrafo hará que se vayan poniendo las diferentes facciones de invitados en algún bonito lugar e irá retratando a los novios con cada una de ellas mientras los protagonistas comienzan a sufrir calambres en los carrillos.

A destacar la sesión fotográfica de la que suele ser objeto la novia, eligiendo lugares bucólicos y poniendo miradas tiernas mientras se sostiene el ramo. La neblina de las fotos, por cierto, no tiene porque ser producida en el momento de la foto, sino que es añadida con posterioridad por el fotógrafo en aquellas fotos que habían quedado demasiado bien.

4.3. Viaje al restaurante.

Algunos novios inexpertos suelen caer en la equivocación de organizar el viaje al restaurante. Craso error. Todo buen desplazamiento desde el lugar elegido hasta el convite debe ser, ante todo, desorganizado. En nuestra cultura sería inconcebible que no se perdiera alguien ni que algún grupo llegara con casi una hora de retraso al aperitivo.

4.4. La comida o cena.

Fase 0: El aperitivo

Se trata de un tiempo de gracia que se da a los invitados para completar el desplazamiento al restaurante. Suele consistir en un aperitivo al aire libre en que nos sirven bebidas (la parte importante) y una serie de porquerías que jamás hubiéramos pedido en un restaurante si pudieramos elegir. Las formas tienen mucha importancia, ya que es necesario que se sirvan aperitivos exóticos a los que nadie hará caso mientras las patatas y las olivas se acaban a toda velocidad.

Fase 1: Sentarse a la mesa.

Entre media hora y una hora después del aperitivo, será el momento de sentarse a la mesa. Para encontrar nuestro lugar, los novios suelen hacer un mapa de mesas distribuido por nombres. No importa demasiado como hayan hecho los novios la distribución, lo realmente importante es el factor conocido como DIP (Distribución Igualitaria de Plastas), en virtud del cual la proporción de pesados en las mesas debe ser constante, excluyendo siempre la mesa de los novios. Es un error común la acumulación de pesados en una mesa, ya que se corre el riesgo de que lleguen a divertirse.

Como se sabe, la estadística dice que

  • el 72% de los invitados a un convite dicen haberse aburrido mucho
  • el 21% aseguran haber pensado en huir cuando nadie les vigilaba
  • el 7% estaban demasiado borrachos para contestar
proporción que debe ser respetada.

Fase 2: Los platos y los vinos.

A estas alturas, nadie va a un convite de boda para comer bien, y eso es un hecho conocido por los restaurantes. Tal vez la única excepción sean los niños, que suelen tener un menú aparte. De ese modo, suele verse a algún invitado mirando con envidia los macarrones con tomate de los niños mientras remueve con el tenedor su "Merluza al Cava con Apio".

Así, los criterios seguidos por todo buen restaurante son:

  • al menos uno de los platos debe estar demasiado frío o demasiado caliente
  • es necesario cambiar de vino tanto como sea posible para confundir a los invitados
  • al menos el 5% de los comensales debe sufrir retrasos a la hora de ser servido
  • en todo servicio debe incluirse un camarero torpe
esto posibilita que los invitados, en particular los plastas que nos hayan tocado en la mesa, puedan hacer comentarios críticos que inicien una sana conversación.

Fase 3: Cafés, copas y puros.

La estadística dice que el 9% de los fumadores fuma puros. Este dato, sin embargo, es contradictorio con la cantidad de puros consumidos en una boda, proporción que viene acompañada por el consumo de brandy. Esto es visto por los expertos como una continuidad histórica que hace que nos comportemos como nuestros bisabuelos en sus mismas circunstancias.

Fase 4: El pastel.

En algún momento del convite, las luces se apagarán, sonará una música y aparecerá por alguna parte un enorme pastel. No debe confundirse con el pastel del que probablemente salió una guapa moza en la despedida de soltero.

De los novios se pide que se levanten, tomen un largo cuchillo y corten mano con mano un trozo de pastel. Lo complicado de la operación aconseja que hasta ese momento los novios conserven cierta sobriedad, evitando así las consabidas amputaciones y carreras al hospital más cercano.

Una vez hecho, suelen oirse gritos "que se besen", que deben ser recibidos con una sonrisa y ser obedecidos tantas veces como haga falta.

En este momento se entra en una curiosa fase en la cual se suelen repartir ciertos despojos. Uno de ellos, la figura de los novios, suele regalarse a quien se supone se casará en breve. ¿Para qué? El motivo, a pesar de ser objeto de estudio, continúa siendo oscuro, porque a buen seguro dos figuras de plástico malo suponen poca proporción en el desembolso necesario para una boda. La verdadera razón puede ser la necesidad de avergonzar a alguna otra pareja de modo que se distraiga la atención.

Fase 5: Los novios se levantan.

Aproximadamente un cuarto de hora después de haber servido el último café, los novios deben levantarse y recorrer cada una de las mesas, a ser posible con algún pequeño obsequio que se entregará a los invitados. La valía del obsequio es poco importante mientras sea lo suficientemente cursi como para tener que esconderlo o tirarlo al primer contenedor.

Se aconseja a los novios tener un repertorio de frases amables para preguntar a los comensales si se divierten, teniendo siempre en cuenta los exabruptos de los inevitables borrachos.

Fase 6: Otros.

Aunque ya en desuso, aun se estila en algunos convites ciertas costumbres que conviene conocer:

  • la subasta de la corbata del novio, pesetera costumbre que pretende cobrar por un trozo de tela inservible y así financiar la compra de una nueva
  • hacer que los padres de los novios se besen
  • otros regalos, costumbre fetichista que es capaz de entregar la liga de la novia, el velo, o cualquier otro cachivache
  • canciones y discursos, situación en la que algún aficionado al cante suele aburrir a los comensales y avergonzar a los novios interpretando una jota. Suele ser el momento elegido para que el padrino repita su poema a voz en grito provocando las lágrimas de la madre de la novia.

4.5. El baile.

Se trata de la última prueba por la que tienen que pasar los novios, de modo que se aconseja afrontarlo de modo optimista. Mientras suena un vals, los novios deben levantarse sin prisa pero sin pausa, llegar hasta el centro de la pista y perpetrar unos pasos de baile. Los padres, afortunadamente, suelen ayudar en tal trance saliendo a la pista tras las primeras ovaciones y "oooooh"s emocionados.

Una vez cumplida esta formalidad, la música avanza súbitamente unos 150 años para llegar a un periodo menos estricto, con un repertorio selecto de los mejores chiringuitos playeros. Sin embargo, hay que tener cuidado de insertar al menos un pasodoble y tal vez un tango.

Aproximadamente una media hora después del comienzo del baile, se permite a los novios abandonarlo para dejar sitio a los probables borrachos que llenen la pista, animados por la cercanía de la barra libre.

4.6. Los personajes imprescindibles.

Como en cualquier obra teatral, nos encontraremos con una serie de personajes inevitables en cualquier celebración, aspecto que debe ser tenido en cuenta a la hora de elegir a los invitados:

  • los novios, obviamente
  • los padres de los novios, que suelen hacerse amigos inseparables durante la celebración, para no acordarse el uno del otro al día siguiente. Se les pide cierto semblante de grandeza desprendida que quiere decir "yo pago todo esto y no me importa cuando cuesta"
  • las madres de los novios, se les exige echar algunas lagrimillas de vez en cuando mientras riñen a sus maridos con frases como "Paco, no bebas tanto" o "ya sabes que eso te sienta mal"
  • el fotógrafo, que debe ser casi invisible, preferentemente feo y con la corbata descolocada
  • la tía sorda del pueblo, que de vez en cuando soltará alguna frase desafortunada a voz en grito creyendo que no la oye nadie. Las más celebradas son "¿te has fijado en el vestido de esa golfa?" y "que asco de comida"
  • el primo que se emborracha, que suele aprovechar la celebración para escapar del férreo control de su madre
  • el adolescente respondón, que pasea su cara de malas pulgas mientras le pide a su padre monedas para jugar a la máquina de marcianos

4.7. Dios, ¿qué he hecho?

Esta frase suele rondar por la cabeza de los novios en el trayecto hacia el hotel. No debe ser considerada en su verdadero significado, aunque como consuelo puedo decir que se está trabajando en un Divorciarse-Cómo.


Notas al pié:

  • Nota 1: Ver Der Matrimonien und atavism, Ludwig von Krasser, ed. Gut Kartoffen, Berlín 1922. Von Krasser hace una disertación acerca de la afectación del clima en las novias, añadiendo algunos comentarios de mal gusto acerca del velo. El autor escribió asimismo unas celebradas memorias tituladas Qué verde era mi valle: memorias de un daltónico en que rememoraba su Baviera natal.
  • Nota 2: Anales de Hijares del Río, 1950-1959
  • Nota 3: Ver Castigo i ridículo, notas a las actuaciones de la Santa Inquisición, del Padre Lucientes. Ed. Gratis Sapientiae, 1891.