Ya tenemos disponible la revisión de anual de GCC, la
"colección de compiladores del proyecto GNU". Pero no vengo aquí a
hablar de sus novedades, aunque sean importantes, sino a
quejarme amargamente por el nuevo esquema de versionado
que ha establecido el proyecto para éste y los próximos años.
Si ya la política popularizada por Chrome —y luego copiada por
Firefox y otros— de denotar cada versión con un nuevo número
mayor, independientemente de la magnitud de los cambios, les había
desprovisto totalmente de cualquier significado, ahora GCC no sólo se
apunta a la moda (con lo que cada versión anual incrementará un número,
empezando por éste año con la 5) sino que la hace aún más confusa al
convertir a las versiones X.0 en versiones de desarrollo, y empezar a
contar desde la X.1.
Así que esta nueva versión de GCC continuación de GCC 4.9 no
se llama 5 ó 5.0 (versión que se queda en el limbo de los sistemas de
control de versión), sino 5.1, y las posteriores revisiones 5.2, 5.3,
etc. La próxima versión del año que viene —cuando salga— se
convertirá en GCC 6.1, y la de 2017 en GCC 7.1. Y así sucesivamente.
Lejos quedan los tiempos en los que, simplemente viendo el número de
versión, uno podía decir algo sobre el estado actual del proyecto, y si
merecía o no la pena actualizar. Ahora son todo foo
37 o bar
22. Y a
no mucho tardar, si se le hace caso a los descerebrados del time
versioning, será todo "edición 2016", desde ed hasta LibreOffice,
pasando por el kernel Linux.
:wq